«En la antigüedad, los tapices se utilizaban para proteger los muros de las casas del frío y la humedad; en la actualidad, su uso es meramente decorativo, pero desde que se pasó de moda el estilo étnico y oriental han recobrado su protagonismo, pasando a formar parte de todo tipo de decoraciones, desde la más moderna a la más clásica. De hecho, los tapices que más se llevan son de origen asiático u oriental: los suzanis de Uzbekistán o los pulkaries pakistaníes o indios. Son piezas fundamentales a la hora de dotar a un espacio de calidez y personalidad propia; además resultan una solución perfecta cuando se precisa cubrir una gran superficie de pared, sobre todo en espacios públicos, ya que es una forma fácil de proporcionar espacio y color. Existe una gran variedad de tapices decorativos; si son de trama gruesa, quedan bien simplemente colgados de una barra; los más finos ganan cuerpo montados sobre un bastidor o colocados sobre un sofá».